Investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá) han descubierto recientemente que la administración del fármaco metirapona puede debilitar la fuerza con la que los recuerdos emocionales se forman en una respuesta duradera. Estos resultados podrían tener importantes implicaciones para el tratamiento terapéutico del trastorno de estrés post-traumático (PTSD, post-traumatic stress disorder, por sus siglas en inglés).
Los resultados, publicados en línea en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism el 18 de mayo, demostraron que la reducción de los niveles de cortisol, glucocorticoides, (una hormona del estrés que participa en el recuerdo de la memoria) administrada cerca de la hora posterior a la formación del nuevo recuerdo puede reducir de forma significativa las emociones negativas asociadas con ellos.
El experimento, llevado a cabo en el Centre for Studies on Human Stress of Louis-H Lafontaine Hospital, requirió a 33 participantes masculinos aprenderse de memoria una presentación de diapositivas, compuesta de dos eventos neutrales y negativos. Después de 3 días, los hombres se dividieron en tres grupos de tratamiento, recibiendo cada uno una sola dosis (750 mg) o doble (1500 mg) de metirapona o placebo. Posteriormente se examinó el rendimiento de la memoria después del tratamiento y de nuevo cuatro días más tarde, una vez que el fármaco se había eliminado de sus sistemas.
Los resultados demostraron que los recuerdos de los hombres que recibieron una dosis doble de metirapona fueron significativamente peores cuando intentaban acordarse de los sucesos negativos de la historia, pero no mostraron ningún deterioro al recuperar los sucesos neutrales. Además, el efecto persistió recuperados los niveles basales de cortisol, lo que demuestra que fueron de larga duración y se mantuvieron durante un período considerable de tiempo posterior a la desaparición de los efectos fisiológicos del fármaco.
Se ha sugerido que durante el proceso de reconsolidación de la memoria, los recuerdos reactivados se desestabilizan, tiempo durante el cual son vulnerables a las interferencias farmacológicas. Al reducir los niveles de cortisol durante los momentos siguientes a la formación del recuerdo, la capacidad del cerebro para restablecer los recuerdos negativos empeora. Estos hallazgos desafían la teoría de que los recuerdos no pueden ser modificados una vez almacenados en el cerebro, y apoya investigaciones previas que sugieren que la formación de la memoria es un proceso dinámico que se puede alterar durante la recuperación de los recuerdos.
Las implicaciones de estos resultados son prometedoras en términos para los tratamientos clínicos futuros de personas que sufren de trastorno por estrés postraumático. La investigadora principal Marie-France Marin declaró que, "nuestros hallazgos podrían ayudar a las personas a enfrentarse con los sucesos traumáticos, ofreciéndoles la oportunidad de" reescribir" la parte emocional de sus memorias durante el tratamiento...". Sin embargo, todavía quedan muchos obstáculos por superar antes de que estas estrategias de tratamiento se pueden convertir en una realidad, "Un obstáculo importante... es el hecho de que metirapona ya no se produce comercialmente", continuó. Existen otros estudios sobre diferentes fármacos que disminuyen los niveles de cortisol que nos permitirá tener un mejor entendimiento de los mecanismos cerebrales implicados en la modulación de los recuerdos negativos.
Fuente: Marin MF, Hupbach A, Maheu FS, Nader K, Lupien SJ. Metyrapone administration reduces the strength of an emotional memory trace in a long-lasting manner. J. Clin. Endocrinol. Metab. DOI: 10.1210/jc.2011-0226 (2011) (Epub ahead of print); The Drug Metyrapone to Erase Bad Memories?: http://psychcentral.com/ news/2011/05/27/drug-metyrapone-to-erase-bad-memories/26532.html
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