Según un nuevo estudio las adaptaciones fisiológicas en esta etapa y el apoyo a las mujeres en época de lactancia ayudan no sólo al bebé sino que también pueden ser vitales para la propia salud mental de la madre. Las mujeres sufren adaptaciones fisiológicas durante y después del embarazo y del nacimiento que promueven el desarrollo de comportamientos adecuados y de cuidado durante el periodo de lactancia. Un mayor estado de relajación, menor ansiedad y estrés protector son el resultado de cambios neuroquímicos, y sientan las bases para que una madre alimente a su prole. Estos cambios incluyen el aumento de los niveles basales de corticosterona en plasma y una respuesta atenuada ante el estrés con una elevada actividad del neuropéptido oxitocina implicado en esta última.
Sin embargo, aspectos negativos en la vida tales como por ejemplo el estrés crónico en el embarazo pueden evitar niveles elevados de glucocorticoides o ansiolisis que se observan en una madre lactante sana en condiciones normales, socavando así las altas necesidades metabólicas de la lactancia y la conducta maternal.
Para investigar la asociación entre estos neuroquímicos, el estado de ánimo y el comportamiento de la madre durante la lactancia, científicos dirigidos por Inga Neumann, Ph.D. y Katharina Hillerer, de la Universidad de Ratisbona, Alemania, estudiaron ratas hembras lactantes estresadas por restricciones diarias programadas, por hacinamiento y por no tener pareja. Los investigadores concluyeron que las ratas hembras ganaban menos peso corporal y más peso suprarrenal. También utilizaron ratas hembra no estresadas y vírgenes como control.
En su artículo que se publicará próximamente en Endocrinology*, los investigadores indican que el estrés crónico impidió importantes adaptaciones maternas durante el embarazo. Específicamente, el estrés del embarazo impidió niveles basales elevados de corticosterona en plasma y una disminución de la actividad del sistema cerebral de oxitocina lo que resultó en hembras con ansiedad y con alteraciones del patrón de atención materna. Sin embargo, el estrés del embarazo no afectó al comportamiento relacionado con la depresión, como lo demuestran niveles de actividad similar entre las muestras de una prueba de nado forzado. Por otro lado, el beneficio de imipramina (antidepresivo) en ratas no estresadas previno el estrés del embarazo, lo que indica alteraciones también en otros sistemas neuroquímicos del cerebro que regulan la depresión y el estrés, como las conductas de afrontamiento.
Los investigadores añaden también que quieren observar si estas alteraciones neuroquímicas, y en particular, la regulación a la baja del sistema de la oxitocina y la prevención de los niveles de corticosterona elevados de forma natural, definitivamente son la base de los trastornos de ansiedad posparto. De ser así, estos componentes neuroquímicos podrían convertirse en biomarcadores para mujeres con riesgo de padecer estos trastornos.
Fuente: Hillerer K, Reber SO, Neumann ID, Slattery DA. Exposure to chronic pregnancy stress reverses peripartum associated adaptations: Implications for.post-partum anxiety and mood disorders. Endocrinology, in press
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