martes, 1 de noviembre de 2011

Estudio piloto indica cómo afecta a los usuarios de cámaras de bronceado los patrones de comportamiento, similar a adicciones

Investigadores de UT Southwestern Medical Center (Dallas, TX, EE.UU.) Han descubierto que las personas que utilizan regularmente las cámaras de bronceado muestran una actividad cerebral similar y el flujo sanguíneo correspondiente, como las personas adictas al alcohol y las drogas.
La implicación del uso de las cámaras de bronceado como una adicción puede pasar alguna manera de explicar su uso prolongado, provocando un mayor riesgo de melanoma. Bryon Adinoff (UT Southwestern Medical Center), investigador principal del estudio, comenta: "Uso de las camaras de bronceado tiene efectos de recompensa en el cerebro para que la gente puede sentirse obligado a persistir en la conducta a pesar de que es malo para ellos. La implicación es, "Si es gratificante, podría también ser adictivo?" Es una cuestión importante en esta área. "
El melanoma, aunque menos frecuente que otras formas de cáncer de piel, se asocia con un mayor riesgo de mortalidad, con un 75% de las muertes relacionadas con el cáncer de piel en los EE.UU. causadas por la enfermedad. Según la Skin Cancer Foundation, hay 120.000 nuevos casos de melanoma diagnosticados en los EE.UU. por año. El conocimiento público de los peligros que rodean las camas de bronceado se han incrementado en los últimos años, sin embargo, esto ha hecho muy poco para acabar con el aumento de su uso regular. En personas menores de 30 años que son usuarios de  camas de bronceado de al más de diez veces al año, puede aumentar el  riesgo de desarrollar melanoma.
Los participantes en el estudio, utilizaron las cámaras de bronceado en dos ocasiones. En la primera ocasión, fueron expuestos a la radiación UV y en el segundo, los filtros de bloqueo de esta exposición. Los participantes eran conscientes de que la sesión fue que se les pidió, antes y después de la exposición, lo mucho que sentía como el bronceado. Durante el estudio, se administró a todos los participantes un radioligando  para medir el flujo sanguíneo cerebral mientras se broncea.
Los resultados del estudio sugieren que el uso frecuente de las cámaras de bronceado puede ser impulsado por el mismo sistema neurológico de  recompensa y castigo como se ve en la adicción. Estudio clínico se necesita desarrollar más a fondo para confirmar los resultados observados en este estudio piloto.
Fuente: UT Southwestern Medical Center – News releases: www.utsouthwestern.edu/utsw/cda/dept353744/files/649552.html

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