El equipo llevó a cabo el estudio basado en la necesidad de aclarar el efecto de la tendencia sobre el impacto y los resultados de TAVR. Los pacientes fueron divididos en cuatro cuartiles (Q1–Q4), dependiendo de la fecha de inscripción, y se analizó la relación entre la tasa de mortalidad y cuartil. Cuando los no ajustados para las características de la línea de base, las tasas de mortalidad de 30 días y 6 meses disminuyeron considerablemente desde el primer trimestre a cuarto trimestre. No se ha detectado una disminución significativa en los ajustados. A una tasa de mortalidad de 30 días, incluyen las características de la línea de base: edad, sociedad de riesgo previsto de cirujanos torácicos (STS) de mortalidad y ataque isquémico transitorio y trazo. A una tasa de mortalidad de 6 meses incluían STS predijo riesgo de mortalidad, ataque isquémico transitorio y trazo, cirugía de válvula aórtica previa y péptido natriurético de tipo pro-B N-terminal.
Philippe Pibarot de la Universidad de Laval (QC, Canadá) señaló que "esperábamos que TAVR sería superior a la cirugía y proporcionar el mayor beneficio en pacientes de alto riesgo pero, con este documento, la mortalidad observada en los pacientes del cuarto trimestre fue realmente inferior de lo que fue predicho por sus puntuaciones de STS, en contraposición a lo que hemos visto con los pacientes de alto riesgo. Eso es buena noticia". También comentó sobre el hallazgo de incidencia de accidente cerebrovascular que pacientes se correlacionan con riesgo inicial, observando que "si la incidencia de accidente cerebrovascular disminuye a 1%, como ocurre en los pacientes más recientes en este estudio, que compara favorablemente con la cirugía y hace TAVR una alternativa válida”.
Fuentes: Lange R, Bleiziffer S, Mazzitelli D et al. Improvements in transcatheter aortic valve implantation outcomes in lower surgical risk patients. A glimpse into the future. J. Am. Coll. Cardiol. 59(3), 280–287 (2011).
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