viernes, 6 de enero de 2012

Las travesuras de las enzimas en la obesidad

Se ha abierto la veda para determinar las causas genéticas de la obesidad, y uno de los principales objetivos es la enzima 3-hidroxiacil-CoA deshidrogenasa de cadena corta (SCHAD, short-chain 3-hydroxyacyl-CoA dehydrogenase por sus siglas en inglés). Los científicos son conscientes de que la deficiencia de SCHAD es la única enfermedad en la que una enzima defectuosa implicada en la oxidación de ácidos grasos b está asociada con niveles elevados de insulina. Ya que la obesidad se caracteriza también por hiperinsulinemia, puede existir una relación entre la oxidación de ácidos grasos y la secreción de insulina. Como consecuencia de esto, los investigadores decidieron estudiar más de cerca la enzima y el gen HADH que la codifica.

Annette Schurmann, Ph.D., del German Institute of Human Nutrition en Potsdam-Rehbruecke y sus colegas compararon ratones HADH knock-out y ratones silvestres en condiciones de dieta con un alto contenido en grasa. En un artículo de próxima publicación en Endocrinology*, los investigadores informan que los animales HADH knock-out tuvieron menor peso corporal y niveles de adiposidad y de insulina plasmática más elevados que sus homólogos de tipo silvestre.

Los efectos preventivos de la obesidad se derivan posiblemente de la excreción de acilcarnitinas en la orina y de una elevada temperatura corporal que también se observó en los ratones knock-out, lo que sugiere que estos animales deben consumir mayor cantidad de alimento para producir niveles adecuados de trifosfato de adenosina (ATP), y que la SCHAD puede estar involucrada en la termogénesis. Además, los ratones mostraron niveles bajos de glucosa plasmática en ayunas y postprandiales debido posiblemente a un catabolismo combinado ineficiente y al aumento de los niveles de insulina, otros factores que implican la SCHAD.

Los investigadores sugieren que los estudios futuros se deberían centrar en tratar de identificar con precisión el origen de la hipoglucemia en estos ratones knock-out. Investigaciones adicionales deberán incluir la medición de la insulina plasmática y de la glucosa en condiciones térmicas neutras, así como ajustar la dieta y la alimentación para asegurarse de que las muestras de ratones knock-out y los controles producen niveles similares de ATP. Los investigadores anticipan que si los niveles de glucosa en esas condiciones siguen siendo bajos en los ratones knock-out, el incremento de la secreción de insulina debe provocar hipoglucemia.

Fuente * Schulz N, Himmelbauer H, Rath M, et al. Role of medium- and short-chain L3-hydroxyacyl-CoA dehydrogenase in the regulation of body weight and thermogenesis. Endocrinology, doi:10.1210/en.2011-1547.

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