viernes, 19 de agosto de 2016

Una dieta cetogénica durante el embarazo reduce la flora intestinal del recién nacido

Consumir una dieta alta en grasas (cetogénica) durante el embarazo altera y reduce la microbiota (flora) intestinal del recién nacido, lo que tiene consecuencias negativas en la nutrición y el desarrollo del bebé. Esta es la conclusión de un nuevo estudio publicado en la revista Genome Medicine. Los investigadores afirman que las madres que consumen una dieta alta en grasas durante su embarazo ponen en riesgo la salud y el desarrollo de sus futuros hijos.

Se ha comprobado que comer y beber en exceso durante el embarazo puede influir en la salud y el desarrollo del recién nacido. Se recomienda, por ejemplo, que las mujeres embarazadas consuman 0.4 mg de ácido fólico todos los días, para prevenir ciertos defectos de nacimiento; esta nueva recomendación indica que una dieta sana y equilibrada es lo mejor para la madre y para el bebé.

En esta nueva investigación el Dr. Kjersti Aagaard y colegas, del Baylor College of Medicine de Houston, Texas, sugieren que se debe prestar más atención a la ingesta de grasa durante el embarazo. Observaron que los niños nacidos de madres que consumieron alimentos con un contenido alto en grasa de forma diaria durante su embarazo, tuvieron menos bacteroides en su flora intestinal que los nacidos de madres con un consumo menor de grasas, por lo que todo parece indicar que esta incremento de la ingesta diaria de grasas puede tener consecuencias negativas en el desarrollo y en la salud del bebé.

Los investigadores llegaron a esta conclusión después de analizar las muestras de heces de 157 recién nacidos, tomadas durante las 24-48 horas posteriores a su nacimiento. Las muestras de heces de 75 de estos bebés se analizaron de nuevo a las 4-6 semanas de edad. Tras utilizar la secuenciación del ADN, los investigadores evaluaron la composición de las bacterias en las muestras de heces - como indicador de la población de microorganismos (microbiota) en el intestino. Además, el equipo también evaluó los hábitos alimenticios maternos durante el embarazo. Éstos se determinaron a través de un cuestionario de cribado dietético (DSQ, Dietary Screener Questionnaire por sus siglas en inglés) - encuesta de 26 puntos donde se cuestiona la frecuencia con la que se consumen ciertos tipos de alimentos y bebidas durante el último mes. Según las respuestas de las mujeres, los investigadores calcularon su ingesta diaria de calorías de azúcar, grasa y fibra durante el último mes antes de dar a luz.

Un nuevo argumento de peso a debate, estimar la ingesta de grasas en el embarazo


El equipo concluyó que la ingesta de calorías de las futuras mamás varió entre un 14-55.2% cada día, mientras que la ingesta media diaria se situó en el 33,1%. Los recién nacidos de madres que ingerían de forma diaria elevadas cantidades de grasa presentaron niveles reducidos de bacteroides en su intestino poco después de su nacimiento y a las 4-6 primeras semanas de edad, en comparación con los recién nacidos de madres cuya ingesta diaria de grasa fue menor en el último mes de embarazo.

 Los investigadores explican que los bacteroides ayudan a descomponer y a metabolizar de forma específica los carbohidratos, por lo que una reducción de estas bacterias significa que éstos podrían no utilizarse de forma correcta. Esto, indican, puede provocar una eliminación deficiente de carbohidratos y un desarrollo inmunológico pobre.

El equipo indica también que estos resultados sugieren que se debe prestar más atención a la ingesta de grasa en las mujeres embarazadas y a las implicaciones que esto puede tener para su hijo. "Especulamos que existe un argumento de peso para discutir y y estimar también el consumo de grasas", señala el Dr. Aagaard.

Además de todo esto, el estudio añade nuevas evidencias sobre cómo la dieta materna participa de forma directa en el desarrollo de la flora intestinal del recién nacido. "Estos resultados abren nuevas líneas de investigación y hacen hincapié en la importancia de realizar cuestionarios maternos de cribado dietético y llevar a cabo estudios sobre los cambios tempranos en el microbioma. Para ello, se necesitan más estudios que demuestren que los cambios en la dietas de las mujeres embarazadas tienen un impacto beneficioso sobre sus bebés a corto y largo plazo."

Referencia: The early infant gut microbiome varies in association with a maternal high-fat diet, Derrick M. Chu, Kathleen M. Antony, Jun Ma, Amanda L. Prince, Lori Showalter, Michelle Moller and Kjersti M. Aagaard. Genome Medicine, 2016, 8: 77. DOI: 10.1186/s13073-016-0330-z





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