Consumir
una dieta alta en grasas (cetogénica) durante el embarazo altera y reduce la
microbiota (flora) intestinal del recién nacido, lo que tiene consecuencias
negativas en la nutrición y el desarrollo del bebé. Esta es la conclusión de un
nuevo estudio publicado en la revista Genome
Medicine. Los investigadores afirman que las madres que consumen una dieta
alta en grasas durante su embarazo ponen en riesgo la salud y el desarrollo de sus
futuros hijos.
Se ha comprobado que comer y beber en exceso durante
el embarazo puede influir en la salud y el desarrollo del recién nacido. Se
recomienda, por ejemplo, que las mujeres embarazadas consuman 0.4 mg de ácido
fólico todos los días, para prevenir ciertos defectos de nacimiento; esta nueva
recomendación indica que una dieta sana y equilibrada es lo mejor para la madre
y para el bebé.
En esta nueva investigación el Dr. Kjersti Aagaard y
colegas, del Baylor College of Medicine
de Houston, Texas, sugieren que se debe prestar más atención a la ingesta de
grasa durante el embarazo. Observaron que los niños nacidos de madres que
consumieron alimentos con un contenido alto en grasa de forma diaria durante su
embarazo, tuvieron menos bacteroides en su flora intestinal que los nacidos de
madres con un consumo menor de grasas, por lo que todo parece indicar que esta
incremento de la ingesta diaria de grasas puede tener consecuencias negativas en
el desarrollo y en la salud del bebé.
Los investigadores llegaron a esta conclusión
después de analizar las muestras de heces de 157 recién nacidos, tomadas durante
las 24-48 horas posteriores a su nacimiento. Las muestras de heces de 75 de
estos bebés se analizaron de nuevo a las 4-6 semanas de edad. Tras
utilizar la secuenciación del ADN, los investigadores evaluaron la composición
de las bacterias en las muestras de heces - como indicador de la población de
microorganismos (microbiota) en el intestino. Además, el equipo también evaluó
los hábitos alimenticios maternos durante el embarazo. Éstos se determinaron a
través de un cuestionario de cribado dietético (DSQ, Dietary Screener
Questionnaire por sus siglas en inglés) - encuesta de 26 puntos donde se
cuestiona la frecuencia con la que se consumen ciertos tipos de alimentos y
bebidas durante el último mes. Según las respuestas de las mujeres, los
investigadores calcularon su ingesta diaria de calorías de azúcar, grasa y
fibra durante el último mes antes de dar a luz.
Un nuevo argumento de peso a debate, estimar la ingesta de grasas en el
embarazo
El equipo concluyó que la ingesta de calorías de las futuras
mamás varió entre un 14-55.2% cada día, mientras que la ingesta media diaria
se situó en el 33,1%. Los recién nacidos de madres que ingerían de forma diaria
elevadas cantidades de grasa presentaron niveles reducidos de bacteroides en su
intestino poco después de su nacimiento y a las 4-6 primeras semanas de edad,
en comparación con los recién nacidos de madres cuya ingesta diaria de grasa
fue menor en el último mes de embarazo.
Los investigadores explican que los bacteroides ayudan a
descomponer y a metabolizar de forma específica los carbohidratos, por lo que
una reducción de estas bacterias significa que éstos podrían no utilizarse de
forma correcta. Esto, indican, puede provocar una eliminación deficiente de
carbohidratos y un desarrollo inmunológico pobre.
El equipo indica también que estos resultados sugieren que se
debe prestar más atención a la ingesta de grasa en las mujeres embarazadas y a las
implicaciones que esto puede tener para su hijo. "Especulamos que existe
un argumento de peso para discutir y y estimar también el consumo de
grasas", señala el Dr. Aagaard.
Además de todo esto, el estudio añade nuevas evidencias sobre cómo
la dieta materna participa de forma directa en el desarrollo de la flora
intestinal del recién nacido. "Estos resultados abren nuevas líneas de
investigación y hacen hincapié en la importancia de realizar cuestionarios maternos
de cribado dietético y llevar a cabo estudios sobre los cambios tempranos en el
microbioma. Para ello, se necesitan más estudios que demuestren que los cambios
en la dietas de las mujeres embarazadas tienen un impacto beneficioso sobre sus
bebés a corto y largo plazo."
Referencia: The early infant gut microbiome varies in
association with a maternal high-fat diet, Derrick M. Chu, Kathleen M. Antony, Jun
Ma, Amanda L. Prince, Lori Showalter, Michelle Moller and Kjersti M. Aagaard. Genome Medicine, 2016, 8: 77. DOI: 10.1186/s13073-016-0330-z
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